Consiste en inyectar a un pozo una mezcla de muchísima agua, granitos de arena y productos químicos a una presión capaz de fracturar las rocas en lo profundo del subsuelo y así crear pequeños caminos por donde fluyen estos hidrocarburos hacia afuera.
Para que sea rentable, es necesario perforar muchísimos pozos en una misma región. Esta intervención trae impactos graves sobre el ambiente, la salud, el agua, el territorio y los medios de vida de las comunidades.
El gobierno y las petroleras dicen que el gas natural que se puede extraer con fracking, es la energía de la transición energética menos nociva, argumento que es falso porque el gas libera metano y acelera el calentamiento global.
En la historia de Colombia los proyectos extractivistas demuestran que lo único que dejan en las comunidades es miseria y contaminación.
El fracking deja libres enormes cantidades de metano que aceleran el calentamiento global y la crisis climática.
Para sacar los hidrocarburos de un sólo pozo, se usa el agua que consumen diariamente más de 360.000 personas. Es tanta agua que para transportarla se requerirían 2300 carrotanques, cada uno de 20 mil litros.
Se usan alrededor de 750 productos químicos diferentes en cantidades industriales para facilitar el proceso de fractura, muchos de ellos tóxicos y cancerígenos.
El fracking destruye ecosistemas, termina con la vida útil de los campos, dejando daños irreparables.
En la operación se liberan metano, compuestos orgánicos volátiles, material particulado y polvo de sílice, el cual produce daños serios en los pulmones. Son sustancias muy nocivas para la salud humana, animal e incluso para la integridad de las plantas y cultivos agrícolas.
El fracking aumenta la probabilidad de temblores que se puede producir por la inyección de agua a presión, arena y químicos al subsuelo para fracturar, lo cual modifica las fuerzas bajo tierra y pueden inducir desplazamientos de las placas tectónicas.
Al perforar pueden salir varios elementos químicos radioactivos a la superficie, generando contaminación radioactiva por miles de años y con graves impactos en la salud.
Han encontrado que las comunidades que viven cerca de las operaciones, y las personas que trabajan en ellas, tienden a sufrir dolores abdominales, mareos, náuseas o vómitos, irritación de mucosas, dolores de cabeza, ansiedad y estrés.
No se consulta con las comunidades las decisiones e impactos de las operaciones que los afectaran y se privilegian interés empresariales sobre la vida.
Los precios internacionales del petróleo y el gas son extremadamente volátiles que generan desestabilidad económica.
El gobierno y las petroleras dicen que el gas natural que se puede extraer con fracking, es la energía de la transición energética menos nociva, argumento que es falso porque el gas libera metano y acelera el calentamiento global.
En la historia de Colombia los proyectos extractivistas demuestran que lo único que dejan en las comunidades es miseria y contaminación.
El fracking deja libres enormes cantidades de metano que aceleran el calentamiento global y la crisis climática.
Para sacar los hidrocarburos de un sólo pozo, se usa el agua que consumen diariamente más de 360.000 personas. Es tanta agua que para transportarla se requerirían 2300 carrotanques, cada uno de 20 mil litros.
Se usan alrededor de 750 productos químicos diferentes en cantidades industriales para facilitar el proceso de fractura, muchos de ellos tóxicos y cancerígenos.
El fracking destruye ecosistemas, termina con la vida útil de los campos, dejando daños irreparables.
En la operación se liberan metano, compuestos orgánicos volátiles, material particulado y polvo de sílice, el cual produce daños serios en los pulmones. Son sustancias muy nocivas para la salud humana, animal e incluso para la integridad de las plantas y cultivos agrícolas.
El fracking aumenta la probabilidad de temblores que se puede producir por la inyección de agua a presión, arena y químicos al subsuelo para fracturar, lo cual modifica las fuerzas bajo tierra y pueden inducir desplazamientos de las placas tectónicas.
Al perforar pueden salir varios elementos químicos radioactivos a la superficie, generando contaminación radioactiva por miles de años y con graves impactos en la salud.
Han encontrado que las comunidades que viven cerca de las operaciones, y las personas que trabajan en ellas, tienden a sufrir dolores abdominales, mareos, náuseas o vómitos, irritación de mucosas, dolores de cabeza, ansiedad y estrés.
No se consulta con las comunidades las decisiones e impactos de las operaciones que los afectaran y se privilegian interés empresariales sobre la vida.
Los precios internacionales del petróleo y el gas son extremadamente volátiles que generan desestabilidad económica.
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Una Campaña de la Alianza Colombia Libre de Fracking
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